"Un año más, nuestra Madre de Roca-Amador, ya en su casa"
Se fue como llegó, sin apenas hacer ruido;
Simplemente, provocando en los corazones de este pueblo que te venera, multitud
de emociones vividas y encontradas.
Tras más de cuarenta y cinco días entre tu
gente, llegaba la partida, el
último Domingo de Septiembre estaba aquí. Misa de Despedida hasta que regreses
nuevamente el próximo Agosto. Y sales a la calle porque ya te esperan. Te
cantamos la Salve, Madre y comienza el adiós. Plaza Mayor y por primera vez,
Reducto abajo, llegas a esa avenida que
lleva tu nombre y donde como todos los años, espera Gabriel, su familia y su
gente para ofrecer a quienes te acompañamos, su buen hacer, sus dulces y una
copita que aporte fuerzas a tus compañeros y compañeras de camino. La flauta,
el tambor en manos del amigo Felix, indican que ya se va y que tras
ponerla de frente al pueblo y con una nueva Salve, el camino de vuelta se
inicia.
Cantos y plegarias en el camino. La ermita llena para verte entrar. Ya
llegaste; nuevamente en la ermita y alrededor del altar, juntos y unidos,
celebración de la Eucaristía.
Bendición final y seguidamente, ágape de Hermandad.
Así pues y a través de las imágenes que les
mostramos, queremos relatar también de forma gráfica los momentos vividos
el pasado Domingo 29 de Septiembre, día en el que Nuestra Madre de Roca-Amador
portando a su Bendito Hijo dejaba, sobre las andas llevadas por numerosas
personas devotas, nuestro pueblo de Encinasola, para adentrarse en esa sierra
marocha que la acoge el tiempo que permanece lejos de nosotros y nosotras;
insignificante distancia pues es en nuestro corazón donde habita por
siempre.