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jueves, 28 de febrero de 2013

“Gracias Santo Padre

      La Hermandad de Ntra. Sra. de Roca-Amador de Encinasola (Huelva-España), reitera su gratitud, amor y fidelidad a Benedicto XVI.




BENEDICTO XVI: QUISIERA TRABAJAR POR EL BIEN DE LA IGLESIA Y DE LA HUMANIDAD
Ciudad del Vaticano, 28 febrero 2013 (VIS).-Benedicto XVI ha salido por última vez del Vaticano como Sumo Pontífice esta tarde poco después de las 17,00. Unos minutos antes, en el Patio de San Dámaso, ante un piquete de honor de la Guardia Suiza, se ha despedido del cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado y de otros miembros de ese dicasterio. También estaban presentes el cardenal Agostino Vallini, Vicario del Santo Padre para la diócesis de Roma y el cardenal Angelo Comastri, Vicario para el Vaticano. A la ceremonia han asistido numerosas personas que prestan servicio en la Santa Sede, acompañados por sus familiares, que han acogido al Papa entre aplausos. Antes de dejar el Vaticano, Benedicto XVI ha lanzado su último tweet: “Gracias por vuestro amor y vuestro apoyo. Sentid siempre la alegría de poner a Cristo en el centro de vuestra vida”.
Poco después el Santo Padre, acompañado por su secretario, el arzobispo Georg Ganswein, Prefecto de la Casa Pontificia, se ha dirigido en automóvil al helipuerto donde ha saludado al cardenal Angelo Sodano decano del Colegio Cardenalicio y ha subido al helicóptero que lo transportaba a Castel Gandolfo. Al despegar el helicóptero, las campanas de la basílica de San Pedro y de las iglesias de Roma han empezado a repicar.
El helicóptero del Papa ha sobrevolado la ciudad de Roma, pasando por el Coliseo y la basílica de San Juan de Letrán, aterrizando en el helipuerto de Castel Gandolfo poco después de las 17,23. Esperaban al Santo Padre el cardenal Giuseppe Bertello y el arzobispo Giuseppe Sciacca, respectivamente Presidente y Secretario General de la Gobernación del Vaticano, el Director de las Villas Pontificias, Saverio Petrillo, el obispo de la diócesis de Albano Marcello Semeraro y otras autoridades civiles y religiosas de esa localidad. Desde allí en automóvil se ha trasladado al Palacio Apostólico, donde ha sido saludado por varios centenares de personas, mientras las campanas parroquiales de Castel Gandolfo sonaban.
Acto seguido Benedicto XVI se ha asomado al balcón del palacio apostólico y, a las personas que le daban las gracias por su pontificado ha respondido: “Gracias a vosotros. Queridos amigos, estoy muy contento de estar con vosotros, rodeado por la belleza de la creación y por vuestra simpatía que me hace sentir bien. Gracias por vuestra amistad, por vuestro afecto. Sabéis que para mí este día es distinto de los demás: no soy Pontífice Supremo de la Iglesia Católica; es decir, lo seré hasta las ocho de esta tarde, después ya no. Soy ,simplemente, un peregrino que empieza la última etapa de su peregrinación en esta tierra. Pero quisiera todavía, con mi corazón, con mi alma, con mis oraciones, con mis reflexiones, con toda mi fuerza interior, trabajar por el bien común y el bien de la Iglesia y de la humanidad. Y me siento muy apoyado por vuestra simpatía. Vayamos adelante con el Señor, por el bien de la Iglesia y del mundo. Gracias, buenas noches a todos y ahora os imparto, de todo corazón, mi bendición”.
El pontificado de Benedicto XVI concluye a las 20,00 (hora de Roma). A esa hora comienza la Sede Vacante. La Guardia Suiza deja de ocuparse de la custodia de la persona del Pontífice y pasa a prestar servicio al Colegio de Cardenales. Durante este período la cuenta twitter: @Pontifex estará desactivada. Una vez elegido el nuevo Papa podrá, si así lo desea, utilizarla. El anillo del pescador y el sello pontificio de Benedicto XVI serán también anulados a partir de esa hora y los apartamentos pontificios en el Vaticano serán sellados por el cardenal Camarlengo.

Fuente: Oficina de prensa de la Santa Sede (http://visnews-es.blogspot.com.es/)

sábado, 16 de febrero de 2013

“Comunicado muy importante” Información de nuestra Parroquia

“Comunicado muy importante
Información de nuestra Parroquia

        Ante el canal de difusión que supone ya el blog de la Hermandad de Ntra. Sra. de Roca-Amador, se nos pide que demos difusión a través de este medio, del twitter y del facebook de los actos que durante esta Cuaresma tendrán lugar desde nuestra Parroquia. Así pues y humildemente, les informamos de lo que sigue y que a su vez, agradeceríamos  trasladase a sus amig@svecin@s, familiares... para que esta llegue al mayor número de personas posibles.
 
        En este tiempo de Cuaresma, desde la Iglesia  de San Andrés Apóstol de Encinasola, tendrán lugar  varios actos semanales y así, ir   preparando nuestro espíritu para la Semana de Pasión.

 
ADORACIÓN DEL SANTÍSIMO-.  Jueves de Cuaresma a las 17:30 horas.
CELEBRACIÓN DEL VIA CRUCIS-.  Todos los Viernes a las 20:00 horas

 
        ¡NO FALTES, EL SEÑOR TE ESPERA!



MUCHAS GRACIAS



(Pinchar para ampliar)
                                                  

jueves, 14 de febrero de 2013

“La Hdad. de Roca-Amador cuenta ya con más de 600 seguidores en Twitter

      La cuenta de Twitter con la que desde hace unos meses cuenta la Hermandad de Nuestra Señora de Roca-Amador, ( @HdadRocaAmador ),  ha alcanzado ya más de 600 seguidores. Sirvan estas líneas para agradecer a todos el apoyo que siempre prestan a esta Hermandad y recordarles que pueden seguir toda la información de ésta a traves de la mencionada cuenta de Twitter y el resto de canales habituales.

      Muchas gracias a todos.


                                                                                                                 La Gestión del Blog




lunes, 11 de febrero de 2013

“Benedicto XVI renuncia al Solio Pontificio




     Ciudad del Vaticano, 11 febrero 2013 (VIS).-El Santo Padre, al final del consistorio para las causas de canonización, ha anunciado al colegio cardenalicio su renuncia al ministerio de Obispo de Roma. Ofrecemos a continuación la declaración completa del Santo Padre, pronunciada en latín.
     “Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia. Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado. Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice”.
    “Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos. Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria”.
      
Fuente: Oficina de prensa de la Santa Sede (http://visnews-es.blogspot.com.es/)

Recordarles que el Santo Padre, atendiendo la petición realizada por la Hermandad, envió  Bendición Apostólica en el día De la Natividad de la Virgen María y un Rosario bendecido por él para la Virgen de Roca-Amador y que desde ese día lleva en su mano la Santísima Virgen.



domingo, 10 de febrero de 2013

“La Cuaresma comienza el 13 de febrero, 
Miércoles de Ceniza

Mensaje del Santo Padre, Benedicto XVI para la Cuaresma 2013



       “[1 de febrero, 2013. (Romereports.com) Benedicto XVI invita a reflexionar en la próxima Cuaresma sobre la relación entre “fe y caridad”. Al Papa le preocupa que estas dos virtudes se presenten como opuestas.  

        En el texto explica que es un error tanto reducir la caridad a “humanitarismo genérico” como “pensar que las obras puedan sustituir a la fe”. “Para una vida espiritual sana es necesario rehuir tanto el fideísmo como el activismo moralista”, asegura Benedicto XVI.
  
     TEXTO COMPLETO DEL MENSAJE DEL PAPA PARA CUARESMA:   

Creer en la caridad suscita caridad
«Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él» (1 Jn 4,16)


        Queridos hermanos y hermanas:

        La celebración de la Cuaresma, en el marco del Año de la fe, nos ofrece una ocasión preciosa para meditar sobre la relación entre fe y caridad: entre creer en Dios, el Dios de Jesucristo, y el amor, que es fruto de la acción del Espíritu Santo y nos guía por un camino de entrega a Dios y a los demás.

1. La fe como respuesta al amor de Dios

En mi primera Encíclica expuse ya algunos elementos para comprender el estrecho vínculo entre estas dos virtudes teologales, la fe y la caridad. Partiendo de la afirmación fundamental del apóstol Juan: «Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él» (1 Jn 4,16), recordaba que «no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva... Y puesto que es Dios quien nos ha amado primero (cf. 1 Jn 4,10), ahora el amor ya no es sólo un “mandamiento”, sino la respuesta al don del amor, con el cual Dios viene a nuestro encuentro» (Deus caritas est, 1). La fe constituye la adhesión personal ―que incluye todas nuestras facultades― a la revelación del amor gratuito y «apasionado» que Dios tiene por nosotros y que se manifiesta plenamente en Jesucristo. El encuentro con Dios Amor no sólo comprende el corazón, sino también el entendimiento: «El reconocimiento del Dios vivo es una vía hacia el amor, y el sí de nuestra voluntad a la suya abarca entendimiento, voluntad y sentimiento en el acto único del amor. Sin embargo, éste es un proceso que siempre está en camino: el amor nunca se da por “concluido” y completado» (ibídem, 17). De aquí deriva para todos los cristianos y, en particular, para los «agentes de la caridad», la necesidad de la fe, del «encuentro con Dios en Cristo que suscite en ellos el amor y abra su espíritu al otro, de modo que, para ellos, el amor al prójimo ya no sea un mandamiento por así decir impuesto desde fuera, sino una consecuencia que se desprende de su fe, la cual actúa por la caridad» (ib., 31a). El cristiano es una persona conquistada por el amor de Cristo y movido por este amor ―«caritas Christi urget nos» (2 Co 5,14)―, está abierto de modo profundo y concreto al amor al prójimo (cf. ib., 33). Esta actitud nace ante todo de la conciencia de que el Señor nos ama, nos perdona, incluso nos sirve, se inclina a lavar los pies de los apóstoles y se entrega a sí mismo en la cruz para atraer a la humanidad al amor de Dios.

«La fe nos muestra a Dios que nos ha dado a su Hijo y así suscita en nosotros la firme certeza de que realmente es verdad que Dios es amor... La fe, que hace tomar conciencia del amor de Dios revelado en el corazón traspasado de Jesús en la cruz, suscita a su vez el amor. El amor es una luz ―en el fondo la única― que ilumina constantemente a un mundo oscuro y nos da la fuerza para vivir y actuar» (ib., 39). Todo esto nos lleva a comprender que la principal actitud característica de los cristianos es precisamente «el amor fundado en la fe y plasmado por ella» (ib., 7).

2. La caridad como vida en la fe

Toda la vida cristiana consiste en responder al amor de Dios. La primera respuesta es precisamente la fe, acoger llenos de estupor y gratitud una inaudita iniciativa divina que nos precede y nos reclama. Y el «sí» de la fe marca el comienzo de una luminosa historia de amistad con el Señor, que llena toda nuestra existencia y le da pleno sentido. Sin embargo, Dios no se contenta con que nosotros aceptemos su amor gratuito. No se limita a amarnos, quiere atraernos hacia sí, transformarnos de un modo tan profundo que podamos decir con san Pablo: ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí (cf. Ga 2,20).

Cuando dejamos espacio al amor de Dios, nos hace semejantes a él, partícipes de su misma caridad. Abrirnos a su amor significa dejar que él viva en nosotros y nos lleve a amar con él, en él y como él; sólo entonces nuestra fe llega verdaderamente «a actuar por la caridad» (Ga 5,6) y él mora en nosotros (cf. 1 Jn 4,12).

La fe es conocer la verdad y adherirse a ella (cf. 1 Tm 2,4); la caridad es «caminar» en la verdad (cf. Ef 4,15). Con la fe se entra en la amistad con el Señor; con la caridad se vive y se cultiva esta amistad (cf. Jn 15,14s). La fe nos hace acoger el mandamiento del Señor y Maestro; la caridad nos da la dicha de ponerlo en práctica (cf. Jn 13,13-17). En la fe somos engendrados como hijos de Dios (cf. Jn 1,12s); la caridad nos hace perseverar concretamente en este vínculo divino y dar el fruto del Espíritu Santo (cf. Ga 5,22). La fe nos lleva a reconocer los dones que el Dios bueno y generoso nos encomienda; la caridad hace que fructifiquen (cf. Mt 25,14-30).

3. El lazo indisoluble entre fe y caridad

A la luz de cuanto hemos dicho, resulta claro que nunca podemos separar, o incluso oponer, fe y caridad. Estas dos virtudes teologales están íntimamente unidas por lo que es equivocado ver en ellas un contraste o una «dialéctica». Por un lado, en efecto, representa una limitación la actitud de quien hace fuerte hincapié en la prioridad y el carácter decisivo de la fe, subestimando y casi despreciando las obras concretas de caridad y reduciéndolas a un humanitarismo genérico. Por otro, sin embargo, también es limitado sostener una supremacía exagerada de la caridad y de su laboriosidad, pensando que las obras puedan sustituir a la fe. Para una vida espiritual sana es necesario rehuir tanto el fideísmo como el activismo moralista.

La existencia cristiana consiste en un continuo subir al monte del encuentro con Dios para después volver a bajar, trayendo el amor y la fuerza que derivan de éste, a fin de servir a nuestros hermanos y hermanas con el mismo amor de Dios. En la Sagrada Escritura vemos que el celo de los apóstoles en el anuncio del Evangelio que suscita la fe está estrechamente vinculado a la solicitud caritativa respecto al servicio de los pobres (cf. Hch 6,1-4). En la Iglesia, contemplación y acción, simbolizadas de alguna manera por las figuras evangélicas de las hermanas Marta y María, deben coexistir e integrarse (cf. Lc 10,38-42). La prioridad corresponde siempre a la relación con Dios y el verdadero compartir evangélico debe estar arraigado en la fe (cf. Audiencia general 25 abril 2012). A veces, de hecho, se tiene la tendencia a reducir el término «caridad» a la solidaridad o a la simple ayuda humanitaria. 

En cambio, es importante recordar que la mayor obra de caridad es precisamente la evangelización, es decir, el «servicio de la Palabra». Ninguna acción es más benéfica y, por tanto, caritativa hacia el prójimo que partir el pan de la Palabra de Dios, hacerle partícipe de la Buena Nueva del Evangelio, introducirlo en la relación con Dios: la evangelización es la promoción más alta e integral de la persona humana. Como escribe el siervo de Dios el Papa Pablo VI en la Encíclica Populorum progressio, es el anuncio de Cristo el primer y principal factor de desarrollo (cf. n. 16). La verdad originaria del amor de Dios por nosotros, vivida y anunciada, abre nuestra existencia a aceptar este amor haciendo posible el desarrollo integral de la humanidad y de cada hombre (cf. Caritas in veritate, 8).

En definitiva, todo parte del amor y tiende al amor. Conocemos el amor gratuito de Dios mediante el anuncio del Evangelio. Si lo acogemos con fe, recibimos el primer contacto ―indispensable― con lo divino, capaz de hacernos «enamorar del Amor», para después vivir y crecer en este Amor y comunicarlo con alegría a los demás.

A propósito de la relación entre fe y obras de caridad, unas palabras de la Carta de san Pablo a los Efesios resumen quizá muy bien su correlación: «Pues habéis sido salvados por la gracia mediante la fe; y esto no viene de vosotros, sino que es un don de Dios; tampoco viene de las obras, para que nadie se gloríe. En efecto, hechura suya somos: creados en Cristo Jesús, en orden a las buenas obras que de antemano dispuso Dios que practicáramos» (2,8-10). Aquí se percibe que toda la iniciativa salvífica viene de Dios, de su gracia, de su perdón acogido en la fe; pero esta iniciativa, lejos de limitar nuestra libertad y nuestra responsabilidad, más bien hace que sean auténticas y las orienta hacia las obras de la caridad. Éstas no son principalmente fruto del esfuerzo humano, del cual gloriarse, sino que nacen de la fe, brotan de la gracia que Dios concede abundantemente. Una fe sin obras es como un árbol sin frutos: estas dos virtudes se necesitan recíprocamente. La cuaresma, con las tradicionales indicaciones para la vida cristiana, nos invita precisamente a alimentar la fe a través de una escucha más atenta y prolongada de la Palabra de Dios y la participación en los sacramentos y, al mismo tiempo, a crecer en la caridad, en el amor a Dios y al prójimo, también a través de las indicaciones concretas del ayuno, de la penitencia y de la limosna.

4. Prioridad de la fe, primado de la caridad

Como todo don de Dios, fe y caridad se atribuyen a la acción del único Espíritu Santo (cf. 1 Co 13), ese Espíritu que grita en nosotros «¡Abbá, Padre!» (Ga 4,6), y que nos hace decir: «¡Jesús es el Señor!» (1 Co 12,3) y «¡Maranatha!» (1 Co 16,22; Ap 22,20).

La fe, don y respuesta, nos da a conocer la verdad de Cristo como Amor encarnado y crucificado, adhesión plena y perfecta a la voluntad del Padre e infinita misericordia divina para con el prójimo; la fe graba en el corazón y la mente la firme convicción de que precisamente este Amor es la única realidad que vence el mal y la muerte. La fe nos invita a mirar hacia el futuro con la virtud de la esperanza, esperando confiadamente que la victoria del amor de Cristo alcance su plenitud. Por su parte, la caridad nos hace entrar en el amor de Dios que se manifiesta en Cristo, nos hace adherir de modo personal y existencial a la entrega total y sin reservas de Jesús al Padre y a sus hermanos. Infundiendo en nosotros la caridad, el Espíritu Santo nos hace partícipes de la abnegación propia de Jesús: filial para con Dios y fraterna para con todo hombre (cf. Rm 5,5).

La relación entre estas dos virtudes es análoga a la que existe entre dos sacramentos fundamentales de la Iglesia: el bautismo y la Eucaristía. El bautismo (sacramentum fidei) precede a la Eucaristía (sacramentum caritatis), pero está orientado a ella, que constituye la plenitud del camino cristiano. Análogamente, la fe precede a la caridad, pero se revela genuina sólo si culmina en ella. Todo parte de la humilde aceptación de la fe («saber que Dios nos ama»), pero debe llegar a la verdad de la caridad («saber amar a Dios y al prójimo»), que permanece para siempre, como cumplimiento de todas las virtudes (cf. 1 Co 13,13).

Queridos hermanos y hermanas, en este tiempo de cuaresma, durante el cual nos preparamos a celebrar el acontecimiento de la cruz y la resurrección, mediante el cual el amor de Dios redimió al mundo e iluminó la historia, os deseo a todos que viváis este tiempo precioso reavivando la fe en Jesucristo, para entrar en su mismo torrente de amor por el Padre y por cada hermano y hermana que encontramos en nuestra vida. Por esto, elevo mi oración a Dios, a la vez que invoco sobre cada uno y cada comunidad la Bendición del Señor.

Vaticano, 15 de octubre de 2012

BENEDICTUS PP. XVI ]”

Fuente: http://www.romereports.com/palio/mensaje-del-papa-para-la-cuaresma-2013-spanish-8897.html#.URAFvR3a0ZN

martes, 5 de febrero de 2013

“Festividad de la Candelaria

Misa en la ermita ante nuestra Bendita Madre de Roca-Amador


         El pasado Sábado 2 de Febrero a las 16:00 horas (no tenemos información del cambio de día de la semana -Domingo- y hora –matinal- tras la aprobación sufrida en el Cabildo de hermanos y hermanas 2011) celebramos Santa Misa en la ermita de Nuestra Madre de Roca-Amador para conmemorar la Festividad de la Candelaria en recuerdo al pasaje bíblico de la Presentación del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén y la purificación de la Virgen María después del parto.

        Tras los gélidos e invernales días de las últimas semanas, nos encontramos con  una bonita y soleada tarde que nos brindó la posibilidad de disfrutar de un bello paseo hacia la ermita para encontrarnos ,una vez más, con la Virgen María en su advocación de Roca-Amador y su Bendito Hijo. Precioso marco para celebrar,  por cuarto  año consecutivo  la Festividad de la Candelaria.

        Una buena afluencia de devotos y devotas, niños y niñas de diversas edades acompañados de sus madres, padres o catequistas, se reunieron en torno a la Mesa de Nuestro Señor para, un año más, rememorar que Cristo, la Luz del Mundo, sería presentado por su Madre en el Templo y vendría a iluminarnos a todos y todas como vela o candela (símbolo de este culto); de ahí que la Hermandad repartiese como en años anteriores a las personas allí reunidas, velas que serían bendecidas para el acto por nuestro sacerdote y Director Espiritual , D. Gregorio Koza.

         Tras la Bendición final y ahora ya sin el bello acompañamiento de la guitarra, cantamos la Salve para despedirnos de Ella.

       Seguidamente, la Hermandad tenía preparado buñuelos y chocolate para quien quisiera colaborar. Una exquisita merienda por un eurillo.

        Como siempre y en nombre de la Hermandad, agradecer el apoyo  y muestras de cariño hacia esta y destacar una vez más, el gran amor hacia la Virgen María en su advocación de Roca-Amador y su Santísimo Hijo.

          A continuación, les ofrecemos imágenes de la Santa Misa con motivo de la Festividad de la Candelaria. Esperamos sean de su agrado.


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